09 octubre 2006

La Eterna Moda

Siempre en busca de la canción perfecta, la camiseta ideal, los jeans divinos,… ¿Qué ocurre si todo eso no existe? Las canciones inevitablemente acaban por caer en el olvido, las camisetas se rompen y ensucian, y los jeans acaban por perder ese color brillante y seductor, todo acaba por convertirse en algo más vulgar con el paso del tiempo. Las relaciones son perfectas cuando empiezan, pero imperfectas tras el segundo polvo, tras la tercera cita, tras el quinto beso, tras la décima vez que le das la mano. ¿Y entonces que nos queda? ¿Qué hay detrás de esas mariposas estomacales que inundan tu intestino cada vez que ves a tu amor aparecer por la puerta? ¿Por qué llega un día en el que dejamos de ser perfectos, en el que dejamos de encajar, en el que solo pasamos a ser una parejita más?

Supongo que todas estas sensaciones son semejantes a las que sientes cuando estrenas unos zapatos nuevos. Primero los ves en el escaparate, te piden a gritos rozar tus pies y hacerte volar en cada paso. Cuando te los pruebas te sientes la reina del universo, ahora todo esta a tu alcance, no hay en el mundo nadie mas bello, ni mas seguro de si mismo que tú en el instante de calzarte ese par de nuevas maravillas. Das un paso y creas nuevas estrellas en el firmamento, te miras en el espejo y comprendes que aunque la tarjeta de crédito no tiene ya más humito que echar, tú necesitas esos zapatos para sobrevivir. Los hombres son iguales. Los ves todos tan monos y tan ideales, bebiendo, fumando, llamándote a gritos para que consigas darle un sentido a su existencia. Te pruebas uno una noche, te lo pones, te lo quitas, te lo pones, te lo quitas, te lo pones, te lo quitas, hasta que uno de los dos no puede más y se queda extasiado de tanto poner y quitarse. Entonces le abrazas y dices: este para mí, me lo llevo a casa, porque lo necesito para sobrevivir, como los zapatos. Pero los zapatos solo se estrenan una vez, las demás veces, ya sabes que se siente al ponértelos, ya sabes lo cómodo o incómodos que son, ya sabes que calan cuando llueve y que tienes frío con ellos de noche, con la humedad. Pero sigues recorriendo el mundo con tus zapatos, porque se acaban convirtiendo en una parte más de lo que eres, al menos durante toda una temporada, al igual que un hombre. Llega un día en que te das cuenta que todas las pequeñas cosas que te enamoraron de él ya no son tan especiales, ya son solo manías absurdas que tiene tu querido amor. Ya no son gestos únicos, ni chistes graciosos, ni palabras de cariño (porque considerar “gorda” una palabra de cariño, manda narices). Pero aunque sabes que si le tocas aquí, él va a saltar por allí, y le conoces lo suficiente como para saber que no hay nada nuevo por descubrir, da igual, porque algunos hombres, tal y como ocurre con los buenos zapatos, siempre estarán de moda.

ARI


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Es cierto que algunos hombres, como los zapatos, apretamos demasido, provocamos rozaduras, no dejamos respirar y encima somos horteras. Pero hay otros, con los que no te cansas de andar por muy usados que parezcamos. Como todo lo bueno en la vida, hay que saber buscarlo porque es probable que no estén en las tiendas de moda, sino en un lugar por el que pasas a diario y no te has molestado en mirar. Espero que lo encuentres.
Un saludo.
José Antonio

Anónimo dijo...

A medida que usas tus zapatos los amoldas a tus pies. En las relaciones de parejas cada uno se amolda a cada cual. No existe la perfección en ninguna de las dos cosas y a veces acabas hasta las narices de las dos. Pero, ¡qué dificil es vivir sin hombres y sin zapatos!
Yolanda

Sr elixis dijo...

Lamentablemente a los hombre no podemos ni debemos usarlos como los zapatos: cuando no nos gustan, nos aprietan, pierden su atractivo, o nos sentimos incomodos los sustituimos por otros. Seria genial poder usarlos como a unos zapatos peor es que luego nos molesta cuando ellos nos usan como unos zapatos tambien.

PD: a ver si eres mas fiel con tus fans!

Anónimo dijo...

No hay hombres perfectos no¡i zapatos perfectos...¿pero acaso eso importa? En las imperfecciones puedes encontrar cosas maravillosas, algunas querrás olvidarlas y, otras, te ayudarán a continuar tu vida. Un beso