27 julio 2006

Superglumen

Me miro con descaro… yo conteste con una sonrisa traviesa; no sabía muy bien que quería pero sus ojos me pedían un beso que no fui capaz de ofrecerle. No se si fue el miedo a querer más o el temor a que no me siguiera el juego pero la cuestión es que me quede sin saberlo. Hay tantas cosas maravillosas que nos perdemos por miedo… quien sabe que hubiera ocurrido si esa noche me lanzo tal paracaídas sin alas y acabo estrellándome contra la roca mas dura, haciendo pedazo todo lo que soy. Los jarrones se rompen y se pegan, los coches se deterioran y se arreglan, los corazones… ¿Qué ocurre con los corazones? ¿Esta permitido utilizar superglub en estos casos? Es posible que cualquier personal medico cualificado considere que lo que voy a decir ahora sea una horrible barbaridad pero chicas… si, si hay superglub lo suficientemente potente como para pegar pedazos de corazón aunque a veces nos parezca que ni encajan. Estos potentes pegamentos se venden normalmente de noche, suelen estar bastante asequibles en discotecas o pubs y los nombres suelen ser variados: Pedro, Juan, Manuel… su termino genérico, sin marca alguna es: el superglumen. Un superglumen es aquel hombre que te sirve para recolocar los pedazos rotos de una relación pasada, mientras esperas al siguiente hombre de tu vida. El superglumen tiene características propias muy identificables: su físico es imponente, su voz seductora y sus temas de conversación muy aburridos. Es por ello por lo que debes concederle cuartelillo y ser benévola con el, buscando una actividad que ambos podáis hacer al mismo tiempo, sin que sean necesario utilizar mucho el intelecto. En estos casos, son recomendables actividades físicas como ir a la playa (lo cual además te permitirá contemplar sus maravillosos pectorales), jugar a las paletas (lo cual te permitirá endurecer piernas y tontear con la bolita), ir a los bolos, ver un partido de fútbol, ir al gym, o sencillamente irte a la cama, (habiendo días que querrás ir con él y otros que rezaras por irte sola), ya que otra de las características del superglumen es que es muy muy pesado. No sabes muy bien por que pero te llama para decirte “¿hola que tal el día?”, claro tu piensas “¿este tío de que va? ¿Que me esta vacilando?” Pero no querida, no, es un superglumen, sencillamente ese es su principio y su fin. Cuando ves aparecer el ramo de rosas rojas por la puerta de tu casa comprendes que la situación se te escapa de las manos. Él te mira con amor… tú le miras con… le miras y antes de que abra la boca para decirte esas dos palabras que empiezan con te y terminan por llevar ante el altar a muchas parejas infelices, tu tomas la rienda de la situación y optas por la solución mas fácil: “Borja Mari, ahora mismo estoy en un momento en el que necesito centrarme en mis estudios y la verdad es que empezar una relación seria contigo no seria factible para las horas libres que me quedan en la agenda”. Borja Mari te mira sin comprender que ha hecho mal, tú por pena le dices:” ¿echamos el último?” superglumen lógicamente comprendiendo la situación y viendo un posible polvo a la vista pasa de lagrimas y se va directo a la boca.

Cuando superglumen se va de casa, te entra una melancolía extraña, que te impide sonreír con ganas, menos mal que están tus amigas que poniéndote súper mega divina muy a tu pesar te sacan de paseo en busca de alguien nuevo, llamémosle, un superglumen.

ARI

25 julio 2006

Metamorfosis Sexual

¿Qué actividad une cuerpos, sentimientos encontrados y ganas de pasártelo genial?... Por supuesto queridos,…¡¡hablamos de sexo!! El único aliciente vital que tanto monta monta tanto; es necesario que funcione para que una pareja termine de cuaja pero también consigue transformarse en ocasiones en el extremo contrario, es a veces el único aliciente que una pareja tiene para no poner fin a esa relación convirtiéndose en la única cosa que desean cuando están lejos de la cama, volver a ella. Los gritos de histeria por llamadas nunca hechas, se convierten en gritos de placer por ver, al menos de lejos y desde casa, el cielo abierto y tocar las estrellas con las manos. Los orgasmos se acaban por convertir en esa droga que desinhibe y nos hace olvidarnos de nosotros mismo y por supuesto de todos los absurdos problemas que rodean a ese lastre emocional que llamamos pareja. Esa sombra fastidiosa y enorme que no para de crearte dolores psíquicos, agujeros en la cuenta corriente (teniendo en cuenta los miles de céntimos que gastamos al mes comprando estupideces para que nos vean guapas) y que no sabes muy bien porque no dejas morir. El miedo a estar sola, el miedo a no saber que hacer cuando una rueda se pincha o sencillamente comprender que no es lo mismo masturbarse que acostarte con él, acaba haciendo mella en ese discursito cursi y prefabricado que ya tenias escrito mentalmente para cortar esa extraña situación que tanto te agobia y te cansa. Finalmente y solo para conseguir acallar tus gritos de desesperación y sobre todo el dolor tan sumamente asfixiante que te causa en la cabeza, acabas por meter tu lengua en su boca y dejarte llevar, ¡¡todo sea por conseguir que se calle un rato!! En eso se convierte el sexo en ocasiones, en la única forma de que un hombre calle, se mantenga centrado en ti y te de de una puñetera vez placer en vez mil y un problema mas. Sentada en el borde de la cama fumando ese cigarro poscoital , es cuando comprendes algo que muchas veces dudas sabiendo que tienes razones suficientes para hacerlo, pero que hoy se convierte en el tótem de tu vida: ¡¡¡ohhhh dios!!!!¡¡¡Adoro a los hombres!!!

ARI

15 julio 2006

Bienvenidos

Aun no he conseguido encontrar las palabras perfectas para empezar. No encuentro sentido al orden que mis pensamientos escogen a la hora de escribirse. No sé muy bien que quiero contar, ni tampoco que es lo que quiero callar. No pude comprender porque dije que si cuando me propusieron este proyecto, porque decidí que me apetecía hacerlo en vez de desecharlo como suelo hacer con todas aquellas cosas que me dan pavor, que me crean ese sudor frío que recorre mi cuerpo y que me recuerda que no soy lo suficientemente buena para poder hacerlo tal y como yo quiero hacerlo. Mis brazos decaen en el cansancio del que no hace nada por miedo al rechazo. Mis ojos lagrimean pensando que alguien esbozará una sonrisa cuando lea estas líneas que en cierta forma resumen parte de una vida, la mía. Mis oídos escuchan los chismorreos sordos que crean todos aquellos que leen sin comprender lo que escribo. Quizá nunca esté preparada para contar, pero hoy decido que pudo. “Sueños, secretos y algunas cosas que callar”.

ARI